Conmovedora ingenuidad. Matalqa traza la línea narrativa entre el sendero de la ternura y lo entrañable. Casi todo resulta afable para endulzar los pasteles amargos.
A fuerza de ser natural, el desarrollo resulta algo plano. Las moralejas, además de ser discutibles, están acompañadas de soluciones simplistas y algo absurdas.
El gran Trey Parker utiliza los muñequetes de forma esplendorosa para hacer una terrorífica crítica. Película deliciosamente venenosa que llega a su esplendor en la escena de amor de los protagonistas: para enmarcar.
Tiene una apariencia engañosa. A simple vista parece mala, con cocodrilos gigantes y serpientes enormes. Sin embargo, resulta ser todo lo contrario. La película mantiene un tono contenido, salvo en lo que respecta a la angustia y el suspense, que son realmente intensos.
Argumento no esperen, ni guión, ni historia ni nada de nada. (...) Es en las escenas de luchas donde la película vuelca todo lo que tiene (...) Puntuación: ★★ (sobre 5).
Tenemos que hacer un esfuerzo de fe para creernos todo, no solo la historia, sino el desarrollo en sí. Todo es blando y esperado, tan «yo soy el bueno y tú el muy malo» que la aventura se desvanece.
Primer largometraje del prometedor Manuel Menchón, que muestra una visión amplia y una ambición generosa. Aunque es modesta, sigue siendo una joya que nos presenta Menchón.
Curtis ha querido ser fiel a la historia. Tanto que casi se le queda plana, sin incentivos ni aristas. El casi lo ha borrado del mapa Mirren, con una actuación de esas a la que nos tiene habituados.
Barker ha optado por la naturalidad y la frescura, contando con excelentes actores. Lo mejor son los diálogos, chispeantes y sangrantes, que reflejan fielmente la hipocresía.
Es una bonita historia, hecha con el mejor de los gustos, con la epidermis perfecta, pero sin esa capa de crema hidratante que protege de la erosión del tiempo a las películas legendarias.