El gran Trey Parker utiliza los muñequetes de forma esplendorosa para hacer una terrorífica crítica. Película deliciosamente venenosa que llega a su esplendor en la escena de amor de los protagonistas: para enmarcar.
Tiene una apariencia engañosa. A simple vista parece mala, con cocodrilos gigantes y serpientes enormes. Sin embargo, resulta ser todo lo contrario. La película mantiene un tono contenido, salvo en lo que respecta a la angustia y el suspense, que son realmente intensos.
Argumento no esperen, ni guión, ni historia ni nada de nada. (...) Es en las escenas de luchas donde la película vuelca todo lo que tiene (...) Puntuación: ★★ (sobre 5).
Tenemos que hacer un esfuerzo de fe para creernos todo, no solo la historia, sino el desarrollo en sí. Todo es blando y esperado, tan «yo soy el bueno y tú el muy malo» que la aventura se desvanece.
Primer largometraje del prometedor Manuel Menchón, que muestra una visión amplia y una ambición generosa. Aunque es modesta, sigue siendo una joya que nos presenta Menchón.
Curtis ha querido ser fiel a la historia. Tanto que casi se le queda plana, sin incentivos ni aristas. El casi lo ha borrado del mapa Mirren, con una actuación de esas a la que nos tiene habituados.
Barker ha optado por la naturalidad y la frescura, contando con excelentes actores. Lo mejor son los diálogos, chispeantes y sangrantes, que reflejan fielmente la hipocresía.
Una obra que resulta interesante, aunque un tanto lenta y falto de agilidad, para comprender la esencia de uno de los más grandes genios de la poesía reciente.
«Legend» destaca por la impresionante actuación de Tom Hardy. Su versatilidad agrega un valor significativo a la trama. Sin embargo, es importante reconocer que «Legend» no deja de ser una historia de gánster como muchas otras.
Le falta hondura dramática. Sang-il ha narrado de manera correcta, aunque con un cierto apresuramiento, esta historia ligera pero hermosa sobre heroicidad.
Resulta difícil creer que alguien piense que, hoy en día, puede asustar a la gente con chirridos de puertas mal engrasadas, ya que producen más ganas de llorar que de temblar.