El cierre de la serie supera un poco a la segunda, que fue un fiasco total, aunque se queda por debajo de la primera. En general, ninguna de las tres logra salir del purgatorio de las comedias en Hollywood.
Mungiu, con su estilo cinematográfico escueto, frío y abrumador, explora cómo una mentira y un acto deshonesto pueden tensar la moral del individuo. Esta dinámica muestra cómo un pequeño desvío puede ser cubierto por otro aún mayor.
Es un espléndido monumento a la cultura, que destila con grandeza por cada diálogo, por cada fotograma y cada escena de este filme que chorrea inteligencia y talento por cada poro.
Casi todo es entrañable en esta película. Tiene buenos tramos, pero en general resulta demasiado previsible y en ocasiones peca de excesiva ñoñería. A pesar de esto, es un trabajo simpático que destaca por la actuación del siempre estupendo Raúl Arévalo.
Es un relato desgarrador y, como tal, Aranoa lo ha intentado suavizar con el humor. La película tiene más capas que una cebolla. Una obra casi maestra.
Aparece la transgresión en algunas escenas, conversaciones audaces y ciertos gags cómicos, pero la esencia de la trama resulta simple, monótona y vacía. Sin embargo, hay un salvavidas inesperado que rescata la película: Lebron James.
Un trabajo excelente en el que se consigue pasar de la comedia al drama o al minimusical en un soplo, sin apenas respiro y sin que el vaivén afecte al ritmo de la narración.
La película no cumple con las expectativas establecidas. Uno de sus mayores problemas es su falta de sutileza, ya que la sátira resulta ser torpe y mal elaborada. A pesar de esto, la trama logra ser enérgica y divertida en ciertos momentos.
Besson es un director que tiende a divagar entre los géneros, y esa es una de las pequeñas debilidades de 'Malavita'. Sin embargo, su mayor fortaleza radica en el talentoso elenco de actores.
Un proyecto excesivo y vulgar. Tiene momentos de arrebatos hilarantes, pero en su formato general se siente artificial, como una transgresión demasiado elaborada para el gusto del espectador.
Talento y brillo en estado puro. con ese tono elegante que sólo los actores ingleses son capaces de imprimir a un guión tan inteligente y bien desarrollado como este.
Es excesivamente extensa, con un desenlace que parece forzado. El inconveniente radica en que combina diversos géneros, tramas y diálogos de manera desorganizada.
Nos cansamos de solicitar a estos actores que exploren nuevos registros, y cuando finalmente lo intentan, nos damos cuenta de que lo mejor es que regresen a su papel habitual, porque al intentar algo diferente caen en el abismo del ridículo.