La historia resulta superficial y repetitiva, posiblemente por la preocupación de no decepcionar a los seguidores de Star Trek. Sin embargo, el valor del trabajo radica en su presentación, que es realmente espectacular.
Comienza con una atmósfera tensa y claustrofóbica que promete mucho. Sin embargo, conforme avanza la trama, esta intensidad se disipa, degenerando en propuestas poco originales.
Fuegos artificiales presenta una impresionante estética visual que, sin embargo, opaca un guión poco desarrollado. A pesar de eso, Jennings ha conseguido ofrecer una versión digna.
Depp nos envuelve con su carisma y habilidad, ofreciendo un trabajo sólido que explora los egoísmos personales. Además, la inclusión de Sparrow añade un toque especial a la narrativa.
Una historia insólita, bien construida, y con Jodie, que es una pedazo de actriz, pero al final, es que no lo pueden evitar. Todo se vuelve increíble, peliculero y vulgar.
Un videojuego de alto perfeccionamiento y poco más. Aparece Jessica Biel, y francamente ya da igual que haya historia, vivos, muertos, aviones o tanques.
En esta obra todo resulta muy convencional, aunque al mismo tiempo es entrañable y tierno, sin dejar de ser rebelde. Aunque no ofrece nada innovador, Raymond ha dirigido con dedicación, logrando una conexión profunda y un sentido de épica notable.
Formidable Cate Blanchett, que en cada actuación se hace merecedora de Oscar tras Oscar. Es un filme valiente, duro y, sobre todo, muy desesperanzador.
Jon Hamm realiza una actuación destacable, al igual que el resto del elenco. Sin embargo, la trama presenta un claro descenso hacia el infantilismo, acompañado de un guión saturado de elementos excesivamente dulces.
Es hora de empezar a tomarse muy en serio a James Ponsoldt. Segel, en un trabajo encomiable, y un gran Eisenberg conforman un relato que muestra estilo y mucha clase.
Exceso de secundarios perdidos y una trama irritante por su falta de profundidad. Sin embargo, hay dos aspectos destacados: la fotografía es excepcional y las conversaciones filosóficas entre el cura y el rabino son interpretadas de manera sobresaliente por los dos Luthiers.
Necesitaría mayor presupuesto para lo que requieren los efectos especiales pero, aun así, tiene agarraderas para sobresalir. Se aúpa en una vuelta de tuerca final.