Aunque no es una baratija que se pueda tirar sin apenas mirarla, tampoco es la joya de la corona. Es un cómic tan celebrado y con tanta riqueza en su interior que resulta extraño y decepcionante que tampoco esta vez consigan sacarle brillo.
Mero ejercicio de visualidad. La escenografía es principesca, la fotografía deslumbra. ¿Y la historia? No hay una historia sólida; es superficial y poco original.
Simples gracietas. ¿Por dónde se salva la película? Por la música, por un puñado de buenas canciones que amenizan la aburrida marcha hasta el desenlace final, previsto y reprevisto.
Un trabajo pequeño y modesto, repleto de detalles que crean un resultado bastante apreciable. A pesar de su belleza y elegancia exterior, su interior refleja decadencia y amargura.
En la interpretación, el filme destaca con un duelo entre Ifans y Redgrave que eleva la obra a nuevas alturas. Es una propuesta muy interesante de Emmerich.
Se deja ver sin contratiempos, pero en cuanto a su contenido cinematográfico, ofrece una resolución fácil y poco profunda, careciendo de una historia que atrape verdaderamente.
El tema principal es una tontería enorme. Es claro que no hay una dirección convencional a seguir, pero esa libertad creativa es lo que usan para provocar risas.
Claramente partidista, en favor de los católicos. Todo se puede resumir en una buena intención en el proyecto, pero con demasiados flecos sueltos y muchos kilos en un lado de la balanza como para tenerla cierto aprecio.
Lo único que rescata la película es la selección de los presidiarios, que no añade nada nuevo al material original. Además, el final ha cambiado para mal.
Ofrece una retahíla de cosas sabidas. Hay valores en la propuesta de Ratner, pero están tratados como seres menores: la historia de amor y ciertas escenas de Woody Harrelson, un actor poco explotado en su vena cómica.
Un relato que, en su sencillez, roza lo vulgar. El guión presenta numerosas fallas que no logran sostenerlo. Además, el desenlace resulta ser excesivamente simple, recordando los típicos telefilmes de la tarde.
La trama resulta algo simplista y su desarrollo es difícil de aceptar, incluso considerando a 007. Sin embargo, la actuación de Dafoe inyecta un gran carisma a la película. Aunque no quedará grabada en la memoria, sin duda disfrutarán viéndola.
El público acude en gran número para disfrutar de Kate Beckinsale con su impresionante traje de cuero negro y la emocionante acción acompañada de efectos cada vez más impactantes. Para los fanáticos del género, la película cumplirá con sus expectativas.