Intento fallido de comedia familiar que visionar ritualmente en cada noche de los difuntos. Sin grandes gags y con tramas románticas rudimentarias, sorprendentemente funciona mejor en su faceta más terrorífica.
Las sorpresas son constantes, buscando la plena inmersión del espectador, casi convirtiéndolo en un personaje más y obligándolo a ser parte activa de la acción en el escenario.
Heredera de 'The end of the f★★★ing world', 'Two weeks to live' tiene el potencial de convertirse en una gran serie. Sin embargo, necesita vaciarse, pulirse y resaltar sus puntos fuertes para lograrlo.
Acaba una gran aventura de las series. Hader ha demostrado ser hábil al traducir emociones y pensamientos en imágenes, lo que se refleja en esta cuarta temporada. Treinta y dos episodios que son gozosamente complicados.
El inicio fusiona emocionantes secuencias de acción con momentos de reflexión profunda y relevante. Se presenta como una meditación sobre temas de raza, heroísmo y extremismo, en lugar de ser simplemente un espectáculo visual.
Una serie que carece de originalidad, pero cuenta con una Julianne Moore espectacular, que se erige como el mayor atractivo de un drama palaciego que intenta ser satírico.
La serie más sorprendente de 2023. Lee logra crear una historia ágil y rica en matices, fusionando comedia negra y acción, ofreciendo un espacio ideal para disfrutar de personajes intrigantes y desgastados.
Quizá lo más relevante sea la conexión amorosa entre padre e hijo. De esa relación emergen destellos de empatía que logran equilibrar la falta de dinamismo en el ritmo y algunas inclinaciones hacia un melodrama excesivo.
Toni Collette y Bella Heathcote brillan en sus actuaciones. El primer episodio es impecable, presentando una gran promesa. Sin embargo, a partir del segundo, la tensión narrativa parece disminuir, lo que podría desentonar con el inicio tan potente.
Recuerda, sobre todo, a 'Happy Valley'. Puede que hayamos presenciado este entorno argumental en múltiples ocasiones, pero el guionista Brad Ingelsby logra darle un enfoque casi renovado gracias a su profundo desarrollo de los personajes.
Deliciosa no solo se escucha con regocijo, sino que también se disfruta visualmente. Cada plano está cuidadosamente trabajado y la fotografía de Ellen Kuras retrata la ciudad prepandémica con una belleza conmovedora.
Flanagan capta la atención del público con una narrativa sencilla y efectiva, sin depender de extravagancias visuales o sonoras. Es posible que 'Misa de medianoche' sea reconocida en el futuro como su obra maestra.
En su esencia, la serie es pura esencia de Simon, quien ha optado por un enfoque más visual que verbal; los directores se permiten exhibiciones virtuosas y la narrativa avanza con un ímpetu melódramático que brilla en comparación con otras obras del autor.
La historia se sumerge en una atmósfera jazzística y refleja el precio emocional que conlleva la búsqueda de la perfección, destacando la lucha entre el arte y las emociones.
Una reinterpretación femenina y vanguardista de la obra de Nick Hornby y la adaptación de Stephen Frears, que ofrece una acertada exploración de cómo se entrelazan el amor y la música.