Las sorpresas son constantes, buscando la plena inmersión del espectador, casi convirtiéndolo en un personaje más y obligándolo a ser parte activa de la acción en el escenario.
Heredera de 'The end of the f★★★ing world', 'Two weeks to live' tiene el potencial de convertirse en una gran serie. Sin embargo, necesita vaciarse, pulirse y resaltar sus puntos fuertes para lograrlo.
Acaba una gran aventura de las series. Hader ha demostrado ser hábil al traducir emociones y pensamientos en imágenes, lo que se refleja en esta cuarta temporada. Treinta y dos episodios que son gozosamente complicados.
Una serie que carece de originalidad, pero cuenta con una Julianne Moore espectacular, que se erige como el mayor atractivo de un drama palaciego que intenta ser satírico.
Quizá lo más relevante sea la conexión amorosa entre padre e hijo. De esa relación emergen destellos de empatía que logran equilibrar la falta de dinamismo en el ritmo y algunas inclinaciones hacia un melodrama excesivo.
Toni Collette y Bella Heathcote brillan en sus actuaciones. El primer episodio es impecable, presentando una gran promesa. Sin embargo, a partir del segundo, la tensión narrativa parece disminuir, lo que podría desentonar con el inicio tan potente.
Recuerda, sobre todo, a 'Happy Valley'. Puede que hayamos presenciado este entorno argumental en múltiples ocasiones, pero el guionista Brad Ingelsby logra darle un enfoque casi renovado gracias a su profundo desarrollo de los personajes.
Deliciosa no solo se escucha con regocijo, sino que también se disfruta visualmente. Cada plano está cuidadosamente trabajado y la fotografía de Ellen Kuras retrata la ciudad prepandémica con una belleza conmovedora.
Interesante thriller dramático. Quienes piensan que la televisión es solo entretenimiento pasivo deberían considerar ver esta serie, que ofrece una experiencia narrativa cautivadora.
Consigue mantener alerta al espectador a pesar de ciertas carencias en diálogos e interpretaciones. Bascula entre diversos géneros, pasando por el terror, un terreno en el que brilla especialmente.
Más que una historia de detectives, es un 'Expediente X' ambientado en otra época, con protagonistas más jóvenes y llenos de energía. Un toque adicional de humor en lugar de tanto drama podría haber mejorado el resultado final.