El debut en la ficción del documentalista Samu Fuentes destaca por su notable esfuerzo visual. Sin embargo, el filme no logra transmitir la emoción esperada, lo que le resta impacto.
Un planteamiento trágico que el director Lavaine transforma hábilmente en una comedia ligera, dejando un sabor agridulce. Su humor, aunque simple e inocente, resulta ser impactante y efectivo.
Propuesta intensa que, aunque no siempre es visualmente sutil, logra transmitir una notable sensación de veracidad. Hay momentos de gran belleza que ofrecen un merecido alivio. Sin embargo, la división en capítulos puede dificultar la inmersión total en la historia.
El relato carece de la tensión y angustia claustrofóbica necesarias, dejando momentos que parecen poco creíbles. Al perder la expectativa de sorpresas y emociones, los personajes quedan a merced de su incierto destino.
Humor blanco y algunas dosis de picardía hacen que esta película sea ideal para disfrutar en familia. Los momentos más destacados son proporcionados por los talentosos actores de reparto.
Los magníficos títulos de crédito iniciales introducen al espectador de un modo magistral en el callejón sin salida al que han conducido sus nietos a la pareja protagonista.
Cumple con los requisitos esenciales de la comedia. Está protagonizada por unos intérpretes con vis cómica, tiene el ritmo justo y presenta personajes secundarios que son significativos. Todo lo que ocurre en la trama resulta plausible.
[Carolina África] muestra una habilidad única para capturar el sentimiento agridulce que se encuentra entre el amor, la desesperación y la incomprensión.