La reticencia de Newton hacia la cultura de masas establece desde el inicio que los espectadores verán algo mucho más inteligente, audaz y desafiante que la perspectiva habitual y superficial que la industria del entretenimiento ofrece sobre la política radical.
Funciona mejor cuando arroja luz sobre los primeros años de tutoría legal, al mismo tiempo que esquiva con elegancia las imágenes explotadoras de Britney.
Es un poco de mal gusto. Su equilibrio entre una reevaluación respetuosa de su sujeto y el morbo de una película de crímenes reales se decanta notablemente por lo último.
Es tan política que se pierde su esencia de ser divertida. Para comprender la propaganda bienintencionada disfrazada de entretenimiento, basta con ver 'Charmed'.
Puede que sea esperar demasiado de la adaptación televisiva del best seller del año pasado pero algo me dice que Elizabeth Zott hubiera preferido la honestidad a la condescendencia.
Inquebrantable en su denuncia de un sistema que trataba a estas familias como menos que humanos, es una conmovedora acompañante para 'Rez Dogs 'y 'Dark Winds'.
Shatz y Barash logran una estructura relajada, alternando con agilidad entre diferentes áreas y asegurándose de mostrar el tiempo que cada individuo pasa fuera de su entorno laboral para ofrecer un retrato integral de cada persona.
Adopta la forma de una historia policíaca 'neo-noir'. Pero dentro de esa estética sombría oculta, entre otros temas convincentes, una ambiciosa deconstrucción del género.
Es muy instructiva para los espectadores heteros. Pero más importante, es su fidelidad a todas las letras, colores e identidades que conforman el arco iris LGBTQ
En lugar de una serie, esta historia podría haberse transformado en una película. Sin embargo, nos encontramos con 10 episodios extensos y agobiantes, plagados de clichés que logran casi opacar el talento de Erivo.
Esta nueva versión de 'High Fidelity' trasciende la simple idea de un reboot con un género modificado, ya que muestra que no son solo los hombres quienes caen en actitudes esnobs, canallas o autodestructivas.
El director permite que los personajes se expresen de manera auténtica, sin adornos que desvíen la atención, lo que se alinea notablemente con la narrativa de Fyre.