Aunque no se sitúa entre las obras más destacadas de la compañía, como 'The Incredibles' y 'Wall-E', 'Onward' es una joya conmovedora que ha sido creada con gran dedicación.
Un entretenimiento rápido y rítmico que, anticipando los canónicos acontecimientos de 'A New Hope', maneja la difícil hazaña de aparentar desviarse casualmente y a la vez resultar enormemente consecuente.
Aunque no es un logro puntero, esta historia épica de Baltasar Kormákur es una crónica apropiadamente extenuante, y sorprendentemente poco sentimental, de la tragedia del Everest de 1996.
La unión entre especies cruzadas puede que tenga sus límites, pero es difícil no encontrar la belleza en una saga de niño conoce a bestia que, al final, hace que sea difícil decir cuál es cuál.
Este entretenimiento actual y disfrutable no es sólo uno de los mejores trabajos de Tom Cruise: es también la película más lograda de Doug Liman desde que dirigiese, hace 12 años, 'The Bourne Identity'.
Un documental sobre la naturaleza en 3D, que reúne debidamente todos lo requerido: imágenes majestuosas e íntimas al aire libre, una seria y aún así tranquilizadora lección sobre la importancia de la preservación de la vida silvestre, y una duración corta.
Hay momentos verdaderamente emocionantes dentro del sentido homenaje que la película hace a las virtudes del trabajo en equipo, el coraje y el sacrificio, y en sus impresionantes imágenes en 3D.
La película exhibe los elementos característicos de una producción de Bay: acción frenética, humor grosero y un uso desmedido de efectos especiales. Sin embargo, no logra alcanzar el nivel de 'Transformers'.
Esta aventura robusta y llena de acción se beneficia de una excitante sensación de que la historia avanza y un flujo constante de emociones que mejoran con el 3D.
Incluso cuando la mecánica de la historia parece algo repetitiva, el exquisito uso de vibrantes tonos pastel y las texturas casi fotorrealistas hacen de la película un deleite constante para la vista.
El último bloque de Disney/Marvel ofrece un entretenimiento vibrante, aunque carece de originalidad. Se presenta como una aventura dinámica, pero los efectos especiales parecen robustos, aunque impersonales.
Como un modelo de última generación construido de partes reconstituidas, el pletórico, boyante e ingeniosamente entretenido choque de superhéroes de Joss Whedon es un sofisticado escapismo.
La clave de las fábulas de Seuss, como en todas las fábulas, no es sólo su inteligencia, sino su incomparable elegancia y sencillez, cualidades que este sobresaturado artilugio cinematográfico parece totalmente desinteresado en replicar.
Tal y como están las cosas, tu alquiler mensual es probablemente más aterrador que lo que el guionista y director Michael Taverna ha cocinado en esta historia inepta y trillada historia.
Con su ritmo acelerado y su constante flujo de acontecimientos, la segunda parte impactará a muchos espectadores, considerándola una película mucho más emocionante y vibrante que la primera, que se caracterizaba por ser más pausada y atmosférica.
Esta versión formalmente elegante y dramáticamente fiel del 'Harakiri' (1962) de Kobayashi decepcionará a la audiencia que espere violencia extrema. Pero ofrece sus propias recompensas.
