Si te suelen gustar las películas que avanzan lentamente, puede que disfrutes esta. A nivel personal, creo que Netflix tiene otros thrillers argentinos mucho mejores.
Veré el resto de la serie. No porque me interese por el momento su guion o los personajes, sino porque espero que mejore con el paso del tiempo. Desde luego, tiene los ingredientes para ello.
Me enganchó desde el principio. Básicamente es una delicia si te relajas y no le buscas el sentido a su argumento. Todo lo que pasa es una locura, pero funciona increíblemente bien.
Rory Culkin (Swarm) se adueña de la pantalla con cada una de sus apariciones. Su actuación logra captar la atención del espectador, mostrando una habilidad excepcional para transmitir emociones. Cada escena en la que participa se convierte en un momento destacado, lo que eleva la calidad de la producción.
Me encantó el ambiente de los años 70 de esta película, pero lo que realmente me ganó fue su estilo de documental de crímenes casi reales. Es una auténtica delicia de terror.
Una producción extremadamente lograda. Aunque solo está basada en metraje real de los eventos, el trabajo de organizarlos en una narrativa es impresionante.
Se trata de una película de terror clásica, y parte del miedo proviene de no saberlo todo. Además, debo mencionar que la escena final de la película es otro de sus elementos fuertes.
La calidad de la producción es impresionante. Lo mismo puede decirse de la historia y de las interpretaciones. En realidad, dado el estado actual de los derechos LGBTQ en Polonia, es muy valiente.
El verdadero punto fuerte de esta serie es, sin duda, que se centra tanto en Stig Engström como en el caso en su conjunto. Es muy intrigante ver cómo se desarrolla
Un visionado obligatorio para todo aquel que esté interesado en los documentales sobre crímenes. Sin embargo, es demasiado largo y su cierre es muy abrupto.
Funciona extremadamente bien. La historia evoluciona constantemente y la calidad de la producción es asombrosa. La trama es elegante y las actuaciones son estelares.