La película mantiene un ritmo ágil, aprovechando cada instante sin desperdiciar ninguno. Se presenta una batalla entretendia y respetuosa que se aleja de los clichés habituales.
Aunque no logra hallar la combinación perfecta, la fusión de drama, humor atípico, personajes profundos y violencia desmedida contribuyó a que Kitano evolucionara en sus proyectos posteriores.
Lian Lunson establece un tono reverente, convirtiendo 'I'm Your Man' en una especie de cena testimonial cinematográfica. Sin embargo, hay espacio para este tipo de películas siempre que el tema lo justifique.
Alterna el comentario social con algunos sustos genialmente elaborados. Rememora el clásico de Siegel de 1956 al mismo tiempo que lo reinventa, aunque aporta pocas novedades a una fórmula de eficacia probada.
La premisa es tan inteligente que no importaría si la película no funcionara completamente. Más allá de su cuidadoso aspecto, 'Monsters, Inc.' tiene corazón y ese es el secreto de Pixar.
Falk y Rowlands, en interpretaciones de una intensidad casi indescriptible, detallan un matrimonio anclado en el amor pero zarandeado por las expectativas de los demás y el impredecible oleaje de la locura.
Sumergiendo a los espectadores en los horrores del sufrimiento de un hombre, los fuerza a considerar las implicaciones de enviar soldados a luchar por una causa.
La película no siempre refleja la calidad del trabajo de Chaney, ya que su acción vertiginosa se ve opacada por extensas secciones de exposición que son sostenidas por actores que carecen de carisma.
Como narrativa y sátira de una academia, a veces distrae y es imprecisa. Pero como un universo rico, lleno de personajes adorablemente desquiciados que encuentran su camino a través de elecciones difíciles, resulta difícil de resistir.
La trampa es solo parcialmente comprensible, sin embargo, sus constantes números musicales—que son brillantes fusiones de glam rock y canciones de musicales—junto con su energía sexual transgresora, logran mantener el ritmo.