Kline interpreta su papel con gran habilidad, pero 'Queen to Play' destaca principalmente gracias a Bonnaire. Esta actriz posee una presencia impresionante, una sonrisa encantadora y el talento de mostrarse hermosa y común al mismo tiempo.
Uno de los debuts más impresionantes y prometedores. Una película hermosamente calibrada que sirve de modelo de cine honesto y sentimental, hecho con delicadeza, control y emotividad.
Se acerca a ti como un tomahawk. Dura, rápida y brutal. Pero su impacto es a expensas de las virtudes más amables que este tipo de películas no deberían ignorar.
Es visualmente deslumbrante y está hecha al estilo de Miyazaki. Todo es maravilloso de forma extraña y te dejará boquiabierto si le das la oportunidad.
Obviamente, no hay nada nuevo. 'Generation War' es, en muchos aspectos, televisión anticuada. Aunque algo de ella es estándar, esta película puede ser implacable en su representación de los soldados alemanes.
Salles ha elaborado cuidadosamente una versión delicada, poética y dolorosamente romántica del libro de Kerouac que capta la fugacidad de la existencia de sus personajes y la pureza de sus rebeldes ganas de encontrar la esencia de la vida.
Este thriller poco convencional es extrañamente satisfactorio, delicado, dirigido con buen pulso y genialmente interpretado. Un entretenimiento sofisticado que provoca constantemente un terremoto bajo tus pies.
La realidad cruda que presenta este documental es más oscura de lo que uno se imagina. El resultado es un thriller criminal espeluznante ambientado en un mundo en el que hay que salvar los océanos.
Un documental inesperadamente embriagador, inesperado porque mezcla estándares artísticos elevados con la cruel realidad de uno de los entornos de trabajo más duros y agotadores del planeta.
Es una de esas raras ocasiones en las que una película logra cumplir con todas sus intenciones. Queda la sensación de que adjetivos como 'encantadora' y 'carismática' han sido utilizados para describir producciones inferiores a esta.
Es una película lenta y en ocasiones bastante superficial. Zwick la dirige con elegancia, pero el resultado final no alcanza la relevancia que uno esperaría.
Bergman está presente en muchos aspectos, pero no donde realmente se le necesita. Esto no implica que Bille August realice un trabajo torpe o ineficaz, pero le falta ese componente que solo Bergman podría aportar: una intensidad y emoción más profundas.