Como muchos de los trabajos clásicos para niños, finalmente trata sobre el duro proceso hacia la adultez. En un año lleno de maravillas para el público infantil, esta tranquila película aún logra dejar una profunda impresión.
Una película que rinde homenaje tanto al noir clásico como a la violencia contemporánea. 'Drive' no se enfoca en la sangre durante mucho tiempo, pero lo que se muestra es intenso, inquietante y cada vez más grotesco.
Entretiene y enerva en igual medida. Una comedia perturbadora que camina una maravillosa línea entre la honestidad emocional realista y el humor simpático.
Un thriller de autor sombrío y atmosférico, que resulta más una experiencia estética que emocional. Si Robert Bresson hubiese dirigido una película de James Bond, podría haber sido como ésta.
Abrumadoramente tensa, rebosante de una verosimilitud crepitante, es a la vez la película sobre la guerra de Irak que estábamos esperando y el tipo de triunfo sin paliativos que se esperaba desde hace tiempo de la directora Kathryn Bigelow.
V verla es tan desorientador como despertarse en el mal sueño de otra persona. Quieres salir lo más rápido posible, pero todas las salidas parecen estar bloqueadas.
Una película carismática y juguetona con un atractivo desenfadado. Todas sus virtudes son pequeñas, excepto una: una interpretación que está entre lo mejor que he visto y que nadie podrá resistir, y menos Adolpho Rollo.
Una maravilla imperecedera. Un reflejo del poder duradero del cine poético, de las películas con una visión genuinamente artística que consigue un tono y captura las emociones de un modo que sólo el cine puede conseguir.
Una de las comedias más sublimes de todos los tiempos. Maestro del movimiento y la quietud, Keaton desarrolló un estilo cómico que combinaba la inteligencia con la fisicalidad. Es sin duda una pequeña joya.
Un placer culpable, inintencionadamente entretenido y atronador que divertirá a aquellos que no estén de humor para nada más profundo que metal reluciente y mujeres acicaladas.
La protagonista existe con una intensidad que muy pocos cineastas son capaces de lograr, todo gracias a la manera singular con la que Leigh crea a sus personajes.
Una obra llena de exceso y pasión, que se presenta como una extensión desordenada de una película. A veces resulta irregular e incierta, pero lo que realmente importa es que siempre se siente cálida, accesible y rebosante de vida emocional.
Aunque su historia sobre inadaptados que buscan el amor tiene momentos atractivos, más a menudo resulta ser una fábula prepotente sobrecargada de falso 'joie de vivre'.
No sólo la película es excelente, sino que es maravillosa e inconfundiblemente checa. Conmovedora, humanista, e irresistiblemente simpática, El amor en tiempos de odio tiene esa característica habilidad de destilar risa de situaciones más bien dolorosas, manteniendo así un balance de humor, ternura y potencial tragedia.