Wim Wenders, a excepción de sus documentales, no ha realizado una película que realmente valga la pena desde los años 90. El temprano agotamiento creativo de Wenders se presenta como uno de los grandes misterios dentro de la expresión cinematográfica.
No se podía esperar algo claro de Jean-Luc Godard, especialmente con su película más reciente titulada 'Adieu au langage'. Se trata de otro montaje indescifrable de imágenes, textos y cacofonía, añadiendo la novedad del 3D. Es la falsa profundidad llevada al extremo.
'Guerra mundial Z' se reportó como un proyecto plagado de problemas de producción, reescrituras del guión y secuencias que fueron filmadas en varias ocasiones. Sorprende, entonces, que Forster haya logrado crear un entretenimiento coherente que no refleja el trabajo de parcheo.
Se mueve sin avisar entre el estudio de caracteres, el thriller de misterio y la comedia social. El malicioso Verhoeven se especializa en subvertir las expectativas genéricas a través de un uso ejemplar de la ambigüedad, esa cualidad tan ausente en el cine de hoy.
Una biopic sobre el ascenso y la escandalosa caída de la cantante Gloria Trevi podría haber caído en el sensacionalismo más extremo. Sin embargo, la película logra evitarlo de manera efectiva. 'Gloria' se posiciona como una de las mejores biografías cinematográficas del cine mexicano.
Un melodrama sensible y sutil. Jenkins logra el notable mérito de evitar los clichés típicos de las películas de educación sentimental, eligiendo un enfoque más impresionista.
Resulta extraordinaria la actuación de Samson, quien se une a otros actores infantiles europeos en esa demostración asombrosa de madurez, sensibilidad y contención, generalmente reservada a adultos con años de formación histriónica.
A veces contiene instancias reveladoras, aunque siempre da la impresión de que hace falta rigor y disciplina en el trazo narrativo de la directora, tan enamorada de su material que no sabe cuándo cortar.
Esa especie de determinismo trágico vuelve algo previsible a la película, aunque tiene sus virtudes. Mora ha contado con un reparto de jóvenes de persuasiva presencia.
Es evidente la simpatía de Honoré por su protagonista, pero surge la pregunta de por qué opta por un uso predominante de acercamientos temblorosos, que parecen más propios de una producción televisiva. A pesar de esto, es lo más destacable que he visto en la obra del realizador.
Con una seguridad sorprendente para ser una debutante, Lindeburg nos recuerda que ella es paisana de Dreyer. Es, sin duda, uno de los títulos más sólidos de la competencia donostiarra.
Hay muchos elementos disfuncionales en 'Querido Evan Hansen' al margen de la trama. Chbosky ha cometido una pedestre adaptación al contexto cinematográfico de la obra.
Los momentos más sinceros de 'Été 85' ocurren cuando Ozon deja de lado la tragedia y captura en un tono nostálgico la felicidad de un amor gay juvenil.