Los sustos estruendosos y la falta de sorpresas convierten a la película en un tanto monótona. Sin embargo, ofrece instantes que evocan narrativas distópicas con un enfoque más serio.
A pesar de que varios giros no logran sorprender del todo, son satisfactorios y el elenco secundario destaca. Con imágenes impresionantes, esta entrega se posiciona sin duda alguna como la mejor de la franquicia.
El apego excesivo al formato de la película original 'Blair Witch' hace que esta secuela sea más un repetitivo regreso que una reinvención interesante.
El diluvio de detalles resulta cada vez más envolvente. Edward Bazalgette gestiona la narración de manera eficiente. Si aprecias esa minuciosidad, seguramente lo disfrutarás.
Esta secuela, cargada de un humor excesivamente meta, resulta ser tan deficiente como su predecesora. Hay ejemplos mucho más logrados de este estilo de comedia en plataformas como YouTube.
Es una película que narra la experiencia de un europeo blanco en medio de un conflicto árabe que parece sobrepasarlo, sin embargo, se presenta como una historia bien construida.
Incluso teniendo en cuenta lo depresivo del argumento, estamos ante un trago muy amargo que para muchos será difícil de digerir. Waddington sabe perfectamente cómo construir una atmósfera con suspense y una intensidad fétida.
Nicolás Harvard no logra que los actores transmitan emociones profundas, quedándose en la superficialidad. La fotografía es insípida y la banda sonora no resalta, lo que contribuye a la falta de impacto en la obra.
Joe Wright toma una decisión notable al estilizar su visión sombría y expresionista en 'Anna Karenina'. Sin embargo, su enfoque anti-romántico podría restringir su atractivo a un público más selecto.
Incómoda pero cautivadora, esta obra ofrece una experiencia visual poderosa que fusiona metafísica, filosofía y melodrama. El resultado es una película única y atractiva que deja una impresión duradera.
Quizá algunos no se sientan cómodos con su escabroso melodrama y las interpretaciones exageradas, así como con los estilizados decorados y vestuarios. Sin embargo, esto es lo que realmente la convierte en una obra interesante.
Juega a varios metaniveles, intentando parecer una película con profundidad y resonancia, pero en realidad se queda como una simple chorrada de género.
Lo más destacado son los momentos de quietud donde el espectador se prepara para lo peor, solo para revelarse que no se trata de un simple susto, sino de una profunda y dolorosa reflexión emocional.
Más graciosa y peculiar que realmente divertida. Es una película intrigante pero algo desorganizada que, en definitiva, no cumple con las expectativas que sus partes aparentaban.