Parece una historia de Terrence Malick sobre los orígenes de un superhéroe. Las carencias del guion no serían un problema si el final no fuera tan predecible, pero el reparto logra mantener la película a flote.
El guión es más inteligente de lo que parece a primera vista. Los guionistas David Chirchirillo y Trent Haaga logran proporcionar la información necesaria para que los espectadores puedan conectar tanto con las víctimas, que resultan simpáticas y despreciables, como con los instigadores, quienes son carismáticos y siniestros.
Barrett utiliza una iluminación sombría junto con efectos gore que resultan cómicamente deficientes en esta película de terror de bajo presupuesto. Las actuaciones carecen de expresión, el guion es torpe e ilógico, y el vestuario es ridículo.
Mungiu muestra una impresionante maestría técnica en su trabajo, que se presenta de manera tan sutil y naturalista que incluso los espectadores menos atentos pueden pasar por alto su destreza.
Es casi agresivamente irónica y oblicua, hasta el punto que es casi admirable siempre y cuando creas que merece la pena pasar 82 minutos de tu tiempo viendo un experimento cinematográfico.
'Eat Locals' es una película que camina la delgada línea entre lo mediocre y lo aceptable. Se presenta como una comedia de vampiros que combina la travesura con lo vulgar de una manera alegre.
Johns y Steadman carecen de una química notable, sin embargo, resulta refrescante ver una película que retrata un romance en la madurez con tanta sinceridad y dulzura.
Inteligente, cautivadora y dolorosamente reconocible. La idea puede parecer sensiblera, pero Bhutiani y su elenco manejan con delicadeza el material, evitando que se convierta en algo empalagoso.