Es una película que narra la experiencia de un europeo blanco en medio de un conflicto árabe que parece sobrepasarlo, sin embargo, se presenta como una historia bien construida.
Incluso teniendo en cuenta lo depresivo del argumento, estamos ante un trago muy amargo que para muchos será difícil de digerir. Waddington sabe perfectamente cómo construir una atmósfera con suspense y una intensidad fétida.
Nicolás Harvard no logra que los actores transmitan emociones profundas, quedándose en la superficialidad. La fotografía es insípida y la banda sonora no resalta, lo que contribuye a la falta de impacto en la obra.
Joe Wright toma una decisión notable al estilizar su visión sombría y expresionista en 'Anna Karenina'. Sin embargo, su enfoque anti-romántico podría restringir su atractivo a un público más selecto.
Incómoda pero cautivadora, esta obra ofrece una experiencia visual poderosa que fusiona metafísica, filosofía y melodrama. El resultado es una película única y atractiva que deja una impresión duradera.
Quizá algunos no se sientan cómodos con su escabroso melodrama y las interpretaciones exageradas, así como con los estilizados decorados y vestuarios. Sin embargo, esto es lo que realmente la convierte en una obra interesante.
Juega a varios metaniveles, intentando parecer una película con profundidad y resonancia, pero en realidad se queda como una simple chorrada de género.
Lo más destacado son los momentos de quietud donde el espectador se prepara para lo peor, solo para revelarse que no se trata de un simple susto, sino de una profunda y dolorosa reflexión emocional.
Más graciosa y peculiar que realmente divertida. Es una película intrigante pero algo desorganizada que, en definitiva, no cumple con las expectativas que sus partes aparentaban.
Un némesis aburrido con sombrero de copa se pasea mientras un desdichado Hellboy es llamado a salvar a la novia de un lugareño en esta secuela sin sentido.
Filmada en un único plano secuencia, esta película de terror carece de una narrativa coherente y sus actuaciones son poco convincentes. Sin embargo, destaca por una coreografía bien elaborada, además de contar con una fotografía digital que resulta bastante nítida.