El guion de Nakonechnyi e Iryna Tsilyk aborda la trama con una notable sensibilidad. La actuación de Burkovska es serena y digna, pero también logra transmitir una profunda expresión emocional, lo que enriquece la historia.
Es una película exhaustiva que refleja de manera sincera el sufrimiento. Se desarrolla una narrativa rica y compleja que aborda temas como la traición, la redención, la compasión y la lucha por la supervivencia.
El drama del asedio de Jon Keeyes presenta una visión de un futuro anárquico en Estados Unidos, aunque el uso excesivo de flashbacks disminuye la tensión.
Algunas de las maniobras de la trama pueden no ser tan ingeniosas como los creadores suponen. Sin embargo, las actuaciones son profundas y están bien sincronizadas.
Nuestro protagonista habla poco, permitiendo que Brody exprese su dolor a través de sus intensos ojos. Esto le otorga a la película una sensación de mudez que no resulta efectiva.
Anthony Hopkins parece estar en piloto automático en este thriller que resulta aburrido. La trama de misterio carece de la inteligencia que pretende mostrar.
Las ideas centrales, cuando se desvelan por completo, resultan un tanto increíbles; sin embargo, el elenco logra que todo funcione. El director Matthias Hoene contribuye significativamente al aumentar la tensión de manera efectiva.
En sus momentos más destacados evoca la esencia de "Brazil", pero eventualmente se transforma en un conjunto de chistes insípidos y conceptos poco desarrollados, todo presentado con la típica falta de ritmo del cine de Gilliam.
El argumento resulta confuso, aunque la elección de Kilmer, Ewan McGregor y Paul Sorvino para el debut del director también intriga. A pesar de ello, la estética es atractiva, gracias al trabajo del director de fotografía.
A medida que se acerca al clímax, la película comienza a asemejarse a uno de esos anuncios costosos y elaborados de productos de lujo que realmente no despiertan interés en adquirir.
Efectos visuales impresionantes acompañados de un guion lleno de estereotipos. Sparke ha logrado motivar a su elenco, que incluye actores talentosos, pero sus actuaciones resultan decepcionantes.
Una obra intimista y bien realizada que aborda la descomposición de una familia de la alta burguesía alemana, sumida en la angustia causada por la prolongada enfermedad mental de la madre. '¿Qué nos queda?' logra captar la atención de manera completa.