Zhang una vez más demuestra su talento para componer imágenes visualmente poderosas. Zhang también demuestra su habilidad para sacar actuaciones sólidas de sus estrellas.
Este sólido drama al estilo 'Band of Brothers' incide en los temas universales sobre lazos emocionales, miseria, lealtad y el sinsentido de la guerra a través de un puñado de soldados.
Gyllenhaal y Cooper logran rescatar la película de su falta de profundidad gracias a sus interpretaciones apasionadas. Por su parte, Joe Johnston establece una conexión poética entre el pasado y el futuro.
La elegancia técnica y las estupendas interpretaciones no tapan la superficialidad de una historia tan simple como las series televisivas de los 50 con las que condesciende.
El verdadero festín está en la mezcla de personajes, cada uno de ellos delineado tan finamente y sin aspavientos, en un guion tan seguro y controlado, que hasta el más pasajero de los participantes cobra vida.
Demasiado seria para ser una parodia y demasiado estúpida para ser una película viable de acción, 'Lockout' flota como la basura espacial en la última frontera.
El casting resulta inusual y poco convencional, casi alcanzando lo ridículo. Sus observaciones sobre el privilegio, el resentimiento, el dinero y la clase son ruidosas, pero carecen de claridad.
La mejor versión de Annaud se presenta al recrear el exotismo sereno del Tíbet. El crecimiento espiritual de Harrer junto al joven líder budista se narra más que se experimenta.
Es la obra de una directora madura que se ha identificado y desarrollado un nuevo vocabulario cinematográfico para definir a una nueva camada de mujeres postmodernistas.