Spielmann impacta en la primera parte al revelarnos los vínculos entre las dos mujeres. Sin embargo, en los últimos 40 minutos, decididamente nos sumerge en la desgarradora y brutal agonía del padre.
Un drama muy bien narrado que, desde el inicio, deja entrever la existencia de un secreto. Con astucia se revela la verdad gradualmente, incorporando giros sorprendentes que nos mantienen cautivados hasta el desenlace.
Llega a sentirse un poco dulzona en algunas secuencias que pueden parecer hasta fantasiosas, pero eso es lo que la hace también una fábula que al final nos deja con buen sabor de boca y habiendo pasado un rato entretenido.
'Todos están muertos' es un buen debut de Beatriz Sanchís. Aunque presenta algunas fallas en el guión, logra ofrecer una película que entretiene y es agradable de ver.