La gran virtud de Bill Murray es su habilidad para aparecer en pantalla como un hombre común. St. Vincent es un magnífico vehículo que le permite brillar haciendo lo que mejor sabe hacer.
La película no logra conectar con el espectador y su desenlace resulta ser ambiguo. Sin embargo, lo más destacado es la actuación de John Lithgow y Alfred Molina.
Nos quedamos con la sensación de una película inconclusa en la que, además, Noah Baumbach no pudo resistir la tentación de introducir un desenlace que raya en lo complaciente y cae en el cliché.
Lo mejor de la película son sus dos protagonistas, Julia Louis-Dreyfus y particularmente James Gandolfini, en personajes que les quedan como anillo al dedo, y contando una historia de amor “otoñal” -lejos de cualquier cursilería-.
La película sigue una estructura convencional, pero en ocasiones resulta superficial. El guión presenta vacíos que hacen que el peso del drama recaiga en los dos protagonistas. Sin embargo, es Maria Bello, con su intensa presencia en pantalla, quien realmente logra cautivar.
El trabajo de Bradley Cooper en la construcción del personaje es efectivo; sin embargo, la dirección no logra el objetivo, llevando al actor a gritar en exceso. Es una película que apenas logra entretener.
Lo que a Hallström le resulta efectivo son las narrativas sensibles, que pueden ser dulces y emotivas, e incluso sentimentales. Esa es la esencia de 'Un viaje de 10 metros', una película ideal para disfrutar y salir de buen humor.
Toda una lección de cine que nos atrapa desde lo primeros minutos, que nos emociona, conmueve y divierte. Invita a la reflexión y es de esas películas que uno se lleva a la almohada para seguir meditándola.
Tiene el sello de Kaurismäki, con ese manejo del humor que, al mismo tiempo, parece tejerse con ciertas dosis de solemnidad. Sus películas son únicas y muy recomendables; logran hacer reír y, al mismo tiempo, invitan a la reflexión.
Una película ligera que, en una hora y media, cumple con reafirmar su mensaje a una sociedad superficial y banal, en torno al verdadero valor de las personas más allá de su timidez, inseguridad o aspecto físico.
Lo mejor de la película es la española Rossy de Palma, que con gran talento y simpatía natural se roba la película, pues interpreta al personaje con el que el público se conecta. Es una película que no requiere mayor esfuerzo y tiene un buen desenlace.
Sneider regresa con una lograda comedia. Con reflexiones valiosas sobre la vida en pareja desde perspectivas tanto femeninas como masculinas, se trata de una comedia altamente recomendable.