Teatro filmado jodorowskiano mal digerido, que se presenta como "fuerte" pero resulta ser un exceso que anula la pareja y, paradójicamente, su provocación falla.
Márquez Abella, con su Semana Santa, creó un notable símbolo del núcleo familiar mexicano actual, que desafía la tendencia a simplificar lo complejo, mostrando que en lugar de llanuras hay montañas.
La búsqueda del padre se presenta con un enfoque sobrio y contenido. La narrativa avanza a un ritmo pausado que permite que las emociones sean expresadas en su máxima intensidad.