Como todo filme bien elaborado desde su concepción como guión, no se limita a cumplir con las convenciones del género cinematográfico, ni se somete a los aspectos que lo definen.
Formalmente ejemplar, utiliza la ortodoxia para contar, con una mezcla de destreza y calidez narrativa, una historia sobre tradiciones que corren el peligro de ser olvidadas en nuestra época de constante cambio.
Lo elemental de la trama llenó de clichés y repetitividad efectista un pietaje que parece larguísimo sin serlo. La verdadera “infección” aquí es un maniqueísmo rampante.
Parece sugerir que nadie puede liberarse del grillete digital que implica la constante ambición por tener más "seguidores" y "amigos" en las redes sociales, lo que lleva a buscar constantemente más "me gusta".
El principal problema de '600 millas' radica en su perspectiva. La historia podría haberse narrado desde un enfoque diferente al del verdadero protagonista, Roth. Esta limitación de punto de vista hace que el tema central del filme pierda claridad.
Una trama con complacencias que no logran afectar su verosimilitud, presenta una comedia que ofrece una primera vuelta de tuerca bien construida y, posteriormente, una segunda que realmente sorprende.
Se inspira en la imagen y en la carrera del famoso futbolista portugués Cristiano Ronaldo para construir una narrativa donde el absurdo se convierte en su mayor atractivo.
Cumple con las muy particulares exigencias que le plantean a toda propuesta: manejo hábil del suspense, una “criatura” caracterológica y visualmente poderosa.
Tampoco recurre, lo cual es casi imposible en México, a una notable inclusión de digitalizaciones y efectos especiales para enriquecer una narrativa de fenómenos sobrenaturales.
Extraña que a pesar de seguir una fórmula tan familiar y accesible para el público, la película no haya tenido un estreno comercial o, si lo tuvo, no haya generado el impacto esperado.
El director canadiense Kim Nguyen, con su guión original, logra en 'Two Lovers and a Bear' la rara habilidad de transformar lo convencional en algo extraordinario.
'Todo lo invisible' presenta serias fallas en su desarrollo, con un inicio desproporcionado en relación al resto de la narrativa. Las actuaciones son muy desiguales y el melodrama no logra su objetivo, dejando al público con una sensación de insatisfacción.
Llanos entrelaza de manera excepcional los aspectos públicos y privados de su abuelo, quien, con su vida y experiencia, refleja el espíritu del siglo XX en México. Esto es lo que nos presenta el documental 'Matria', una mirada profunda y conmovedora.
Klinger va más allá de la simple referencia cinematográfica, creando un juego de citas visuales que invita a exploraciones sobre el amor y la soledad. La película captura la esencia de estas imposibilidades emocionales, reflejando un estilo profundamente jarmusheano.
'Yo soy la felicidad de este mundo' genera la impresión de ser una película familiar, casi como si ya se hubiera experimentado en repetidas ocasiones, dejando poco espacio para nuevas reflexiones.
Sombra de la sombra de cualquier comedia romántica estadounidense mediocre que inunda las carteleras durante todo el año. Con películas de este tipo, resulta complicado determinar si se debe reír o llorar.
'Dégradé' es una clara alegoría sobre las duras condiciones de vida de un pueblo, explorando la degradación a la que la sociedad y los individuos se ven sometidos. A pesar de su tono sombrío, también sugiere formas de resistencia ante estas adversidades.
Es necesario describir elementos como la calidez y la ternura, o incluso lo entrañable. Fiesco relata con maestría esta breve historia sin salir de los confines del canon narrativo.
Utiliza una combinación de fondos de acción real y personajes animados en 2D para narrar, desde la perspectiva masculina, la historia de un matrimonio que descubrió su verdadero propósito a través de un viaje turístico.