A pesar de algunas deficiencias en su producción, 'Kilian Jornet: Camino al Everest' no solo resalta la figura del atleta, sino que también examina lo que se esconde detrás del éxito y la fama.
McGowan presenta sus cartas de forma entrecortada. Aunque evoca a 'Diario de una pasión', su protagonista tiene un propósito estrafalario. 'Still' se enfoca más en la dignidad de la vida.
'Gloria Bell' presenta un enfoque más alegre y contemporáneo en comparación con su versión original, lo que resulta en la pérdida de algunas temáticas significativas.
Es una biopic endeble y parcial. Frears únicamente se concentra en mostrarnos los sentimentalismos de la Corona, pero nunca sus actividades diplomáticas, y ridiculiza las protocolarias a través de constantes clichés.
Esta telenovelesca oferta nacional se asemeja más a un capítulo de 'La Rosa de Guadalupe' que a un esfuerzo cinematográfico a causa de los problemas de producción, su superficialidad narrativa y la falta de comunión de sus miembros.
Reivindica reputaciones y rinde homenaje a quienes lo merecen, pero sobre todo, ofrece una defensa apasionada de la identidad personal, como diría Álex Grijelmo.
Es el menor de los trabajos de Ben Affleck como director y ni siquiera el buen elenco que lo respalda logra salvar el filme. La historia, en varios momentos, se queda estancada y la fuerza inicial se pierde.
Comienza muy bien, introduciendo adecuadamente cada una de las piezas que eventualmente cobrarán relevancia en la trama; lamentablemente, de la mitad hacia adelante el filme pierde ritmo y se siente exagerado en los detalles.
Gary Oldman es una fuerza de la naturaleza y el verdadero protagonista de la película; es posible que un Oscar esté en su futuro. Su presencia en pantalla es simplemente magnética.
Convierte una tragedia familiar en un melodrama sentimental, donde a través de la manipulación se logra conmover a la audiencia, al mismo tiempo que se explota de manera excesiva la nostalgia de un icónico personaje infantil.
Aunque esta producción francesa retrata a Yves Saint Laurent en diversas facetas, gran parte de la película resulta anticlimática y el desinterés hacia el abrupto final se vuelve insostenible.