Pero por encima de la estructura del filme, decisión que lo vuelve más enigmático, misterioso e interesante, los verdaderos diamantes son sus actores: Annette Bening como la legendaria Graham y Jamie Bell.
Si bien cae en lugares comunes y predecibles o presenta algunos tropiezos rítmicos, 'Polvo' es una puesta enriquecida por su tono coloquial y la naturalidad de su elenco.
Tras la recreación del terremoto del 85, la segunda película de Kuno Becker como director cae en una espiral negativa: las tramas resultan predecibles y se suma una subtrama de corrupción que no aporta, reduciendo a los personajes a arquetipos maniqueos.
Con todo su carisma, la película presenta pocos elementos dramáticos y narrativos que la distingan de sus variados precedentes. El guion resulta genérico y carece de creatividad.
Crea su suspenso a partir de una música que resulta demasiado opresiva, casi obligando al espectador a ceder al miedo en lugar de permitir que este sentimiento surja de manera natural.
Pese a las pequeñas nimiedades, el bien escrito guion ratifica una vez más cómo los Secretos de Estado muchas veces se pagan con sangre, como ocurrió a principios de este siglo en Irak.
El tratamiento de McNamara resulta superficial en su presentación de los personajes y sus realidades. Al final, se convierten en personas reales limitadas a estereotipos.
Pese a ser respetuosa en el tratamiento de la figura de Jesús, no logra transmitir completamente la influencia que su protagonista tuvo hace más de 2,000 años.
Un desproporcionado ejercicio mercadológico sobre el país. Si tan solo la película hubiera logrado equilibrar adecuadamente su faceta crítica con su elemento romántico. Este no fue el caso y solo nos queda imaginar lo que pudo haber sido.
Un thriller dramático muy relevante que aborda temas importantes a través de una narrativa intrigante. Con toques de humor negro, la historia gira en torno al crimen, manteniendo al espectador enganchado desde el principio hasta el final.
Es una revancha emocionante, aunque algo desgastada, que logra mantener al espectador al borde del asiento durante los combates cuerpo a cuerpo, y esa es su mejor cualidad.