Oscila entre el diáfano idealismo y la dolorosa incomodidad, sin nunca estar lo bastante segura de dónde quiere aterrizar. Sin embargo, sus actores hacen un valiente esfuerzo para dar vida a sus planos personajes.
Alisha Weir y Dan Stevens destacan en una nueva película de monstruos que, aunque superficial, es bastante sangrienta. La actuación de Melissa Barrera se siente plana y carece de la profundidad que muestra el resto del elenco.
Lo más impresionante de ella es el bigote de David Tennant. Esta adaptación del clásico de Verne no añade casi nada significativo a la historia de Phileas Fogg y sus acompañantes.