Sin perder el espíritu de la comedia familiar convencional, el film se propone rescatar a los perdedores, reivindicar cierto comportamiento animal por parte de los humanos y cuestionar desde allí la trivialidad de los excesos en el lujo y la sofisticación.
La imagen surgida del extraordinario trabajo artesanal y la infinita imaginación de Miyazaki resulta tan precisa, tan bella y tan armoniosa que no tiene un solo destinatario y se disfruta a primera vista.
La película presenta una sobrecarga de estímulos y una amalgama de ideas que Dominik combina y superpone en una estructura de avances y retrocesos. Este enfoque puede resultar fascinante en ciertos momentos, mientras que en otros se torna repetitivo y hasta infantil.
El relato avanza a veces arduamente y con exceso de explicaciones, pero a la vez hay que destacar el esfuerzo de Norton por dotar de nobleza y clasicismo a los personajes y contar un genuino film noir con las variaciones de una suite de jazz.
El uso de material documental de archivo permite entender aún más el profundo conflicto que enfrenta O’Neal. Este enfoque refuerza la atención hacia un relato presentado con energía, convicción y honestidad intelectual.
Puede que Los santos de la mafia entusiasme y desconcierte por igual a la legión de fans de 'Los Soprano', a la espera desde hace 14 años de alguna señal que los devuelva al mundo de una de las series más veneradas de todos los tiempos.
Roger Michell construye una fábula entrañable que resalta la valentía de las personas mayores para defender sus convicciones a pesar de las adversidades.
El gran mérito de esta película fue haber incorporado un episodio que resulta increíble por donde se lo mire en la más feliz tradición de la commedia all'italiana.
Entre los muchos méritos de 'Hannah Arendt', quizás el mayor sea el de hacer accesibles y comprensibles para el público algunos de los dilemas morales fundamentales que marcan el pensamiento y la acción de esta extraordinaria intelectual alemana.
Es una sucesión de viñetas contadas siempre de manera superficial y a toda velocidad, sin preguntarse en ningún momento por las razones profundas que llevaron a un desenlace tan terrible.
'John Wick' vuelve a elevar el cine de acción a una de las formas más bellas del arte, restaurando nuestra fe en la fantasía bien ejecutada y alejando la tendencia de los multiversos.
Eficaz conclusión que corrige el decepcionante rumbo del episodio anterior, ofreciendo un desenlace muy logrado que destaca por su esencia genuinamente carpenteriana.
La película demuestra un gran nivel de habilidad y profesionalismo. Sin embargo, su fidelidad a la novela genera un cierto distanciamiento emocional, lo que parece solicitar al espectador un mayor compromiso.
Toda la ficción televisiva opera bajo un constante juego de influencias, ya sean sutiles o evidentes, pero es fundamental saber cómo utilizarlas. El principal problema en el inicio de 'Signos' radica en que el envase y el contenido no logran conectar, y lo más desafortunado es que parece que se contradicen entre sí.
Emmerich vuelve a la carga en su afán por mostrar al mundo destruido a través de impresionantes efectos especiales, pero en esta ocasión, todo parece demasiado premeditado.
La nueva Sirenita no logra estar a la altura de la inolvidable película original. No consigue desarrollar adecuadamente a los personajes más relevantes y se enfoca demasiado en detalles que resultan irrelevantes.