Duele lo suficiente para captar nuestro interés, profundizando en su narración de manera que duele, mientras mantiene la superficialidad de una diversión mórbida.
Un inolvidable y espeluznante drama psicológico que saca el máximo partido a un argumento sencillo y lo convierte en una exploración infernal de lo que el ser humano es capaz de hacer.
Poco a poco se convierte en algo más impredecible. No sorprende que algunos de los efectos no sean espectaculares, pero el reparto siempre resulta convincente.
Imágenes visualmente impactantes y duelos al estilo de Leone no compensan la falta de desarrollo de personajes en este western selvático de Pablo Fendrik.
Olga Kurylenko se limita a repartir golpes en una trama poco inspiradora, mientras que Freeman, quizás más preocupado por su situación financiera, eligió unirse a este proyecto fallido.
Absolutamente fascinante. El valiente documental de Laura Poitras sigue a Edward Snowden durante sus filtraciones sobre las actividades de la NSA que conmovieron al mundo.