Te hace llorar de forma cruda, inesperada y totalmente merecida. Max Lowe ha escalado el Monte Everest del alma, creando un regalo cinematográfico que llega al corazón como pocas películas lo hacen.
McGovern y Richardson destacan por su habilidad para dar vida a sus personajes. Logran que una narrativa de casi un siglo de antigüedad se sienta completamente relevante en la actualidad.
Basquiat no es el centro de atención. El sentido del lugar que presenta la película de Driver es impresionante, pero presenta debilidades en otros aspectos.
La película hace un buen trabajo al detallar la formidable fuerza que fue McEnroe. Las imágenes de archivo donde se le observa anotando puntos de la manera única que él sabe son completamente emocionantes.
Cociña y León capturan de manera brillante la naturaleza cambiante de los sueños. Sus pequeños defectos quedan eclipsados por la grandiosidad retorcida de la animación.
Me consiguió ganar en parte porque no simplifica la intensidad de su localización en Provincetown, Cape Cod, haciendo que sólo sea un revoltijo de pueblerinos y turistas.