Wohl y Merlant manejan el horror de manera efectiva, presentando un personaje poderoso en Jo que ayuda a desestigmatizar una enfermedad mental frecuentemente menospreciada y poco abordada.
Para la entretenida hora que ofrece repleta de sustos, 'Host' logra realizar su cometido con éxito, que básicamente consiste en que pases miedo en tu propia casa.
Este tipo de terror deja una impresión duradera. Es como si Flanagan hubiera encontrado una manera eficiente de comprender los elementos que hacen que las narrativas de Stephen King sean efectivas, y ahora busca superarlo.
La película se caracteriza por una trama acelerada y una excesiva dependencia de sustos, así como el uso de clichés familiares que restan valor a la poderosa actuación de su protagonista.
Usa la ciencia-ficción y la tecnología para ofrecer una visión desde dentro del poseído, pero su ambicioso concepto no logra instilar nueva vida, o sustos, en una historia demoníaca estándar.
'Dark Waters' no siempre tiene mucho sentido, pero es visualmente alucinante y extraña. El terror sobre lo oculto con presencias demoníacas y la ambientación hacen que la película se sienta cercana a algo que Lovecraft habría creado.
Memorable gracias a su diseño de criaturas. Su argumento no es muy interesante, pero te deja con ganas de ver más películas de terror con este ambiente carnavalesco y una gran atención a los pequeños detalles.
Para los admiradores de sus obras anteriores en el género, Wheatley demuestra que sigue en buena forma. Plantea más interrogantes de las que aclara, pero el trayecto resulta cautivador.
Aunque no presenta la violencia gráfica habitual en el género de zombis, se destaca por su originalidad y una atmósfera inquietante que atrapa al espectador.
Los hermanos Grimm estarían orgullosos de sus imágenes y su tono. Es una incorporación única al subgénero de hombres lobo que debería tener más reconocimiento.