Elaborado con destreza para lograr el máximo impacto, este thriller político exuda una rabia y una pasión que no suelen ser habituales en el cine australiano.
Los fans de los Slashers no tienen que dejarse intimidar por el estilizado trabajo de cámara. Es cine de género bajo y sucio, y las diversas matanzas y otras atrocidades no resultan menos horribles a pesar de su enfoque pretencioso.
Un aspirante a superhéroe enfrenta las fuerzas de la soledad y la marginación en esta película indie australiana que presenta altibajos en su narrativa.
Coppola muestra un profundo conocimiento del cine de finales de los años 60 y es sumamente cuidadoso al recrear el estilo característico de aquella época.