'Rampage' es una película decepcionante, llena de sufrimiento y sin recompensa. El guion es terrible, fruto del trabajo de varios guionistas, y carece de una tonalidad coherente.
Funciona. Es previsiblemente sangrienta pero, en sus mejores momentos, imprevisiblemente ágil. En una carrera plagada de momentos bajos, la última película de Roth destaca como ejemplo de tensión navideña in extremis.
Michael Caine brilla en su papel en el thriller británico 'Harry Brown', pero su actuación se ve opacada por la mediocridad general de la película, que no logra ofrecer nada destacable.
Un gran número de directores y actores habrían destrozado 'The Wrestler', pero Aronofsky y Rourke no. Ellos entienden, a nivel personal, que este guion carece de vergüenza.
Si Judy Blume reinterpretara 'La carretera' de Cormac McCarthy, nos llevaría a un entorno sombrío pero a la vez motivador, similar al que se presenta en 'How I Live Now'.
Los objetos inanimados cobran vida y se muestran conscientes en el fascinante y aterrador mundo de 'Quay'. Un recorrido de 70 minutos que te sumerge en una experiencia única.
La película brilla cuando Corden y Blunt, quienes aportan una vulnerabilidad encantadora, retoman la historia, mientras que Kendrick también ofrece una actuación destacada.