Al cabo de un rato, los limitadísimos movimientos de la cámara y el lánguido ritmo pasan factura, lo que resulta en una experiencia de visionado bastante menos que idílica.
Una película familiar refrescante, entretenida y con buen reparto. Favreau, trabajando con el animado guion de David Berenbaum, ofrece la combinación adecuada de travesuras y gestos amables.
Es encantadora y entretenida. Tiene suficientes elementos para complacer tanto a los aficionados de Pokemon como a aquellos que no lo son. La dirección enérgica de Letterman logra que todo se integre a la perfección.
El resultado final y sus personajes carecen de originalidad y de la profundidad dramática necesaria, recordando a una simple transmisión de televisión.
Su reparto de primer nivel, que incluye a Edward Norton, Colin Farrell y Jon Voight, ofrece actuaciones destacables. O'Connor muestra un notable dominio sobre el material.
Fuqua y Gyllenhaal hacen un excelente trabajo, pero un guion lleno de exposiciones interfiere en la construcción de la tensión, lo que afecta el impacto de la narrativa.
Ferrell y Galifianakis compiten para ofrecer diversión en una sátira política frágil que frecuentemente confunde lo ofensivo con la inteligencia humorística.
Lo que ocurre en Bangkok no es tan cautivador como los eventos que tuvieron lugar en Las Vegas, sin embargo, sigue siendo una experiencia que vale la pena vivir.
Una película que carece de originalidad y parece haber sido hecha sin atención al detalle, comenzando de manera aburrida y perdiendo impulso casi de inmediato.