Miguel Ángel Palomo

Un drama impactante que, por su intensidad, se asemeja más a un telefilme. Es realmente decepcionante.

Compleja y excitante película, una experiencia sensorial de primer orden, que revela a un narrador tan sutil como personal.

Una obra valiente, ansiosa y visceral, dirigida por alguien que se entrega sin reservas. Se trata de una película emotiva, con un esfuerzo casi suicida.

No es una obra redonda, pero sí un relato valiente que mima a sus personajes.

Comedieta adolescente, apagada y tópica, ofrece solo una serie de escenas desvaídas, que en ocasiones son animadas por algún destello de los actores.

Una comedieta adolescente, tan vulgar como tantos cientos.

Nada tiene mucho sentido, aunque a los chavales seguro que les entretiene.

Comedieta estudiantil con un poco de enredo y unos gags alocados que dan lugar a un guiso algo estomagante.

Una película cargada de emoción, que combina ternura con un toque de ironía. La dirección de Summers logra crear una atmósfera conmovedora que impacta al espectador.

Asomarse a 'Los 400 golpes' implica, en cierto modo, redescubrir el cine. Esta película es una obra mágica que se manifiesta como un grito de rebeldía y un soplo de vida.

Una magnética adaptación de una novela de John Irvin. Bajo su aparente modestia, 'Las normas de la casa de la sidra' oculta numerosas lecturas y se mueve entre vaivenes de emotividad.

Una mediocre intriga, de guión adormecedor

Revisar los clásicos tiene sus riesgos. El resultado puede no estar a la altura de la obra original. En este caso, el espíritu aventurero del filme original no se refleja en esta nueva versión.

Pobretona

Todo un clásico del maestro Hawks. Los personajes se adueñan de la función, por encima de las secuencias de acción, que están espléndidamente rodadas. Es un canto a la amistad y a la esperanza, a la aventura como concepto vital y al compañerismo como modo de vida.

Es la suma de muchos talentos que abraza a dos personajes que viajan a bordo de un pequeño barco de vapor. Una maravilla cimentada sobre la inmensa categoría actoral de dos iconos como Hepburn y Bogart.

Una obra maestra absoluta. Un melodrama desatado que Douglas Sirk doma con mano férrea, con una puesta en escena barroca y sólida, compone un abrumador retrato de la institución familiar.

Un drama sobrio y contundente, respaldado por diálogos incisivos y un memorable desempeño del dúo protagónico.

Resulta agradable encontrar una comedia sencilla, poblada de personajes cercanos y creíbles. Aunque el retrato se dibuje en extremo idílico, queda como una simpática prueba de cine tan modesto como vitalista.

El gran Kitano se mantiene en plena forma en su primer filme realizado fuera de Japón. Este director, difícil de clasificar, utiliza la violencia como el motor de narrativas que oscilan entre lo trágico y lo surrealista, al tiempo que logra crear imágenes de insólita ternura en sus crudos retratos de una sociedad corrupta.