Es una buena película, agresiva, dura, sostenida en gran medida por una insuperable Susan Sarandon y por la innegable habilidad de Ridley Scott para dar a sus filmes un atractivo look visual.
Vigoroso y dinámico retrato de un grupo de jóvenes que tratan de abrirse camino en el mundo artístico de Nueva York. Los números musicales resultan espléndidos y los personajes son quizá los más auténticos y creíbles que haya conseguido crear este realizador en toda su carrera.
La violenta y trágica historia de Billy el Niño y Pat Garret se presenta de manera magistral. Este es un género clásico que, en los años setenta, enfrentaba una fase terminal, y fue Peckinpah quien logró insuflarle nueva vida.
Brutal metáfora sobre la España de la época, además de una asombrosa alegoría sobre la violencia y la animalidad. (...) unas imágenes que desprenden una tensión agotadora.
Maravilloso thriller en el que Alain Delon ofrece una encarnación legendaria del amoral Ripley, inmerso en un intento de lograr el crimen perfecto que satisface su ambición. Es una obra que explora las profundidades de la condición humana a través de una narrativa embriagadora y una lección de puesta en escena de intensa asfixia.
Con auténtico sabor a clásico, los números musicales se presentan con gran calidad, filmados en un esplendoroso cinemascope que irradia energía y fortaleza.
El milagro del cine eterno e inabarcable vive en 'El hombre tranquilo', gracias a un cineasta que acaricia sus imágenes, ama a sus personajes y transforma la magia del cine en la vida misma.
Una de las películas más brutalmente emotivas de la historia del cine. El relato bélico ahonda en las tripas de la sociedad y la cultura japonesas, desgarrando los asideros emocionales del espectador.
Monumental obra maestra una superproducción desgarrada y gigantesca, una heroica declaración de intenciones que apuesta, en realidad, por el intimismo y por unos férreos diálogos salpicados de ironías y dobles sentidos.
Muestra al gran cineasta que Spielberg es en ocasiones, gracias a una puesta en escena que hace alarde de elegancia narrativa, de embriagadora cadencia, para retrata con desatada emotividad la terrible historia de dos hermanas.
Henry Hathaway bucea en las interioridades del mundo del circo con singular habilidad. La presencia en el guión de un maestro como Ben Hetch resulta todo un aval.
Neville se adentra en un paseo costumbrista por una calle madrileña a comienzos del siglo XX, ofreciendo un retrato vitalista y preciso de sus personajes. Destaca su habilidad como comediante, equilibrando lo emotivo con lo absurdo.