De la Iglesia presenta una obra impactante que confirma su maestría como uno de los más destacados cineastas españoles en la creación de atmósferas donde el terror se mezcla con el humor negro.
Forzada historia sobre las vicisitudes de la vida, con mucho algodón de azúcar. Bien podría pertenecer a la sobremesa de cualquier cadena de televisión y aún así pasar desapercibida.