A pesar de ofrecer una experiencia inmersiva en el paisaje tailandés, la película se siente retrasada debido a un ritmo excesivamente lento que la alarga en exceso.
Huye de los clichés para centrarse en su faceta más emocional, brindando una perspectiva novedosa sobre una criatura que parecía inalterable. Una película sobre licantropía que merece ser recordada.
De la Iglesia presenta una obra impactante que confirma su maestría como uno de los más destacados cineastas españoles en la creación de atmósferas donde el terror se mezcla con el humor negro.
Forzada historia sobre las vicisitudes de la vida, con mucho algodón de azúcar. Bien podría pertenecer a la sobremesa de cualquier cadena de televisión y aún así pasar desapercibida.