Película que busca sorprender con escasa originalidad, es que se aparta del precepto básico de la saga: utilizar supuestas cámaras caseras y seguir la línea -tan trillada, es cierto- del falso documental.
El elenco, la producción y la resolución técnica son impecables. El ritmo se mantiene constante, con pasajes ácidos y mordaces. Sin embargo, el guion parece funcionar solo en ráfagas, como si no lograra igualar las virtudes previamente mencionadas.
En 'Accidentes...' las historias se enfocan en colisiones automovilísticas, posiblemente inspiradas en 'Crash' de Cronenberg. Sin embargo, estas narrativas están mejor estructuradas y presentan puestas en escena más dinámicas y sofisticadas.
Remite a los guiones de Charlie Kaufman. Historias que dispersan, y terminan acercando al filme a una de esas típicas comedias de intercambio de cuerpos.
Sutil y experta en las herramientas del cine, la película aborda la diversidad de este universo educativo, revelando sus problemas, contradicciones y carencias. Lo hace a través de una observación cuidadosa, sin caer en voces en off, sin recurrir a cabezas parlantes ni a retórica.
Con inteligencia, Martínez evita la trampa de crear un simple catálogo de situaciones insólitas que probablemente haya vivido. Los elementos dramáticos son sutiles, pero muy efectivos.
Casi todo falla: la pareja no tiene química; ella parece llevarlo siempre a él por delante. El cinismo superficial se alterna con la emotividad manipuladora, sin provocar mayor efecto en ninguno de los casos, y se percibe un tufillo moralista.
En la primera parte, el filme logra captar la atención al introducir tensiones interesantes. Sin embargo, con el tiempo, se nota una carencia en el desarrollo de los personajes y, posteriormente, en la originalidad del guión.
García emplea el suspenso, la agudeza y la incertidumbre para desarrollar múltiples capas de significado. Incluso refleja sus propias dudas y limitaciones, lo que se convierte en una prueba, ya sea voluntaria o involuntaria, de su capacidad intelectual.
Noble en sus intenciones, la película presenta una estructura bastante rígida. En ocasiones, cae en lugares comunes y en frases reiterativas que recuerdan al cine nacional clásico, además de un uso excesivo de sentimentalismo, acentuado por la banda sonora.
Se resalta por su impresionante fuerza visual y aciertos técnicos, además de las destacadas actuaciones que logran crear una atmósfera de época auténtica y sin solemnidad, con toques de humor sutil.
Un thriller que mezcla lo sobrenatural con una posible explicación lógica, repleto de reconocidas estrellas, aunque su narrativa es algo simple, lo que lleva a la industria a diluir las características del autor.
Balagueró tiene un talento especial para crear tensión, su estilo único logra mantenernos al borde de nuestros asientos y nos invita a reflexionar sobre lo que estamos viendo.