Es más una estratagema de marketing que busca capitalizar el renovado apetito de los fans por la nostalgia, en lugar de ofrecer un desarrollo sólido de personajes o una historia convincente.
Tiene un montón de estilo y una inesperada profundidad. Captura el ambiente de las calles de Quebec en los 90, logrando transmitir un auténtico sentido de la época y del lugar.
No es solo una celebración de la rebeldía punk-rock de un cineasta inconformista, sino también una reflexión sobre cómo se puede salvar a uno mismo mirando hacia adelante, en lugar de hacia atrás.
Tiene suficiente material de archivo y grabaciones nunca vistas para satisfacer a sus admiradores. Además está meticulosamente ejecutado y el montaje es impresionante.
Para cualquiera que haya luchado por perseguir aspiraciones inalcanzables. Tanto para los que fracasaron como para los que lo lograron. Un triunfo emocional fuera y dentro del campo.
No aporta nada novedoso, por lo que se dirige exclusivamente a los entusiastas del género o a quienes busquen motivación para encontrar un propósito en sus vidas. Podría ser de gran utilidad en estos tiempos.
'La princesa' funciona como un escaparate para el talento de Joey King, pero la película está sobrecargada con villanos exagerados y escenas de acción redundantes.