Un monumento fílmico, una obra en un tono que va del humor crudo a la solemnidad, de la tristeza a la carcajada, en un prodigioso y arriesgado recorrido de los entrecruzamientos de la política y el crimen organizado.
La cinta no es precisamente nostálgica, sin embargo hay una angustia permanente, una conciencia de la pérdida de algo trascendente, de la imposibilidad de redimirse mediante una localización geográfica, una cultura o incluso a través del triunfo profesional.
Además de contar una historia, '5 sangres' se presenta como una profunda disertación política, con una duración de dos horas y media. La película, en ciertos momentos, es didáctica y experimental, experimentando con variados estilos cinematográficos y relaciones de aspecto.
La riqueza y la debilidad de la cinta radica en su fusión de géneros: Del Toro se sitúa en una laguna entre la realidad y la fantasía, y ambas parecen perder la coherencia al permitirse licencias en cada uno de sus géneros, debilitando la credibilidad de la trama.
'Roma' es un acto de nostalgia y gratitud, una celebración dolorosa de la maternidad y un tributo a las mujeres que, contra todo, sostienen lo que aún llamamos civilización. Con esta película, Cuarón suma ya dos obras maestras.
Es una reflexión en torno a la masculinidad herida, inútil, demagógica, tóxica y ambigua. Cosmatos hace muy notable su intención de exponer la fragilidad del deseo.
'Atómica' es un objeto melancólico, deslumbrante y superficial. A pesar de ser un filme lúdico, vertiginoso e irónico, también es una obra que refleja esa “nostalgia del lodo” del siglo XIX, mostrando una fascinación inquietante por la vulgaridad de épocas pasadas.
En esta ocasión, Almodóvar intenta una especie de homenaje a Hitchcock, presentando un misterio que carece de crimen, adornado con su característica paleta de vibrantes colores primarios. Sin embargo, la intriga no resulta ni por asomo tan cautivadora como la de cualquier obra de ese maestro del suspenso.
Entre los muchos aciertos de este filme está mostrar a la guerra como infamia que se sobrevive y no como aventura heroica, pero aún más importante es que Nolan pone en evidencia que la guerra no ha terminado.
El gran talento de Laurie Anderson consiste en lograr cambios de ánimo imprevistos en un parpadeo, los cuales rompen con el sentimentalismo, así como con la seriedad o tristeza al evitar ser predecibles y no dar tregua en los hipnóticos 75 minutos que dura el filme.
Un filme oportuno y un espectáculo frenético de una riqueza visual extraordinaria que no da tregua al espectador pero va mucho más allá del entretenimiento frívolo y de la idea cursi de “poner en alto la cultura mexicana”, para ofrecer una obra rica, compleja y personal.