Una colección de chistes no es necesariamente una película, y 'Ted 2' ni siquiera intenta funcionar como tal. La obsesión de Seth MacFarlane por provocar ya solo genera tedio.
[Salles] se limita a reproducir los clichés más manidos de la iconografía beat. En lugar de profundizar en la psicología de Kerouac y sus contemporáneos, los presenta como jóvenes arrogantes, perezosos y narcisistas, resultando en personajes, sobre todo, bastante poco interesantes.
No logra conectar con el público. Se basa en personajes estereotipados y presenta una narrativa típica del cine de prisiones. Aunque no es aburrida, tampoco deja una impresión significativa.
A través de dibujos animados, Yeon Sang-hoo carga contra las injusticias de la sociedad coreana y juega con las convenciones de género en un clima de tensión sofocante.
Aunque son ricos en atmósfera, los segmentos de acción real tienden a ser repetitivos. En contraste, las partes animadas son absolutamente fascinantes. A pesar de este desequilibrio, la obra en su conjunto se presenta como un relato perturbador.
Una sorprendente dosis de oscuro sentido del humor, con una atmósfera eficazmente lúgubre y opresiva, solo interrumpida por algunos efectos digitales. Sin embargo, el último tercio de la película desvía la atención al caer en la estupidez.
Una odisea desperdiciada. Pantoja, transformado en un personaje casi secundario de su propia historia, muestra la incapacidad del director para infundirle un auténtico impacto dramático.
El secreto para disfrutar de la película es prestar menos atención a su argumento y concentrarse en cómo este se evoca a través de las canciones, viéndola principalmente como un deslumbrante álbum visual.
Imponentes paisajes pero no logra comunicar el sufrimiento interno de los personajes que los habitan, en buena medida porque los diálogos y las interpretaciones son pura rigidez y el argumento avanza atropellado.
Tres horas y media de metraje que, eso sí, ofrecen motivos rotundos para justificar su peso. La narración avanza con solemnidad elegíaca, brindando una experiencia cinematográfica extraordinaria.
Es una película emborrachada de su propia ambición y sus supuestos excesos de fluidos corporales, cocaína y vulgaridad. Se siente como una obra excesivamente calculada que carece de energía genuina.
Ferrara se muestra más enfocado en recrear los hechos históricos que en desarrollar de forma efectiva a su personaje principal. La película resulta interesante por su contribución a enriquecer la entrada de LaBeouf en Wikipedia.
Exuda fatalismo, y aunque no habrá sorpresas, compensa esta carencia con un poderoso impacto emocional y una estética cautivadora. Presenta una narrativa sobre racismo y violencia, poética y serena, pero rebosante de furia.