Aparte de una buena fotografía y alguna que otra escena de batalla, el resultado es un aburrimiento tan lento que resulta tan difícil de entender como el extraño acento irlandés de Kiefer Sutherland.
A pesar de que su calidad se asemeja más a la de 'Morbius' que a 'Venom', 'Kraven' no es un desastre total. Proporciona una entretenida experiencia llena de acción y aventuras sangrientas.
Hay un desequilibrio de altura entre los protagonistas, lo que hace que sus interacciones sean ligeramente ridículas. No obstante, Mullan aporta intensidad.
A pesar de no igualar a las clásicas comedias de Tracy y Hepburn que intenta emular, la película es ingeniosa y lo suficientemente entretenida como para disfrutar de unas horas ligeras.