Minkoff transforma un viaje de 6 minutos en una película de 90, con una trama tan frágil como una telaraña y tan predecible como cualquier episodio de 'Scooby-Doo'.
La película presenta un estilo sutil e íntimo, con un enfoque puntual en los detalles. La banda sonora de jazz complementa perfectamente su tono improvisado. MacDowell ofrece una actuación maravillosa.
Una película sobrecargada pero hermosamente interpretada. El guion tiene los excesos de una extravagancia caprichosa de un actor. Pero los momentos individuales son sensibles y emotivos.
Una historia de amor que mezcla hábilmente los ritmos familiares de un romance de película clásica con los detalles distintivos de dos de los jóvenes más públicos del mundo que intentan mantener su relación en privado.
Lo personal es político, pero en esta película el argumento se hace más poderoso con la historia personal que con la ráfaga de clips o las teorías sobre la historia.
Las actrices intentan brillar en roles que carecen de profundidad. Las situaciones de romance, trabajo y amistad se solucionan de forma apresurada y sin profundizar en sus matices.
La mejor hasta la fecha. Mezcla poderes de monstruos perdidos y encontrados, llena de pura y alegre tontería, además de ofrecer una visión conmovedora de la familia.
A pesar del destacado desempeño de Ben Mendelsohn, Daisy Ridley y Gil Birmingham, la interpretación del director Neil Burger resulta ser un thriller bastante convencional.
Cobra vida a través de los detalles específicos que hacen que los personajes y su sentido del lugar —y de desubicación— sean importantes en la historia.
En su mejor momento, esta obra ofrece una atmósfera envolvente que examina la transformación del poder en una relación, presentando imágenes impresionantes y elementos duales. Sin embargo, en su aspecto más débil, parece más un esbozo que una narración completa.