Se deja ver, pero sobresale en su tramo final, cuando lo único que vemos es un puñado de buenos actores recreando el estilo de vida rock 'n' roll del pasado reciente.
Hoffman logra aprovechar de manera impresionante su limitado presupuesto, gracias a un talentoso reparto, una atmósfera sonora creada por Yo La Tengo y la confianza que un director experimentado puede brindar a un proyecto.
Acaba por perder fuelle. El ritmo ágil y el estilo colorista, tan atractivos al principio, se vuelven alienantes más tarde, y casi todos los personajes se quedan poco desarrollados.
Es una obra de acción divertidísima por méritos propios. Sin embargo, dadas las circunstancias sociales actuales, su premisa no resuena con la fuerza que debería.
Hay momentos en los que no está claro qué busca Refn y otros momentos en los que parece una versión poco original y muy pretenciosa de 'A Clockwork Orange'.
No es una gran película, pero resulta adecuada para Adkins, quien pasa casi todo el tiempo repartiendo golpes o dialogando con su compañero. Johnson hace un gran esfuerzo por dotar de sentido a todo este caos, aunque sin lograrlo del todo. Aun así, el film debería mantener entretenidos a los numerosos aficionados de Adkins.
Un thriller de misterio sólido. Los coprotagonistas tienen buena química y transmiten una sensación de desesperación que revitaliza una trama algo débil.
Pocos han repetido la táctica más retorcida de Clark: acompañar la violencia con el grito maníaco del asesino. En 'Black Christmas', el público no puede huir del terror cerrando los ojos.
Podría estar mucho más centrada. Pero al final, Leckart y Junge tienen un propósito, y lo cumplen. Su media hora final en particular, es increíblemente dramática.
Oldman y Mortimer ofrecen, como siempre, actuaciones excepcionales. No obstante, el experimentado director de televisión Michael Goi, a pesar de conseguir una estética atractiva, enfrenta serias dificultades para generar verdaderos sustos con su guion.
La historia carece de solidez y su desarrollo es escaso. Los personajes resultan en ocasiones demasiado entrañables, y las imágenes no tienen la profundidad deseada. A pesar de esto, la película logra ser entretenida.
Se trata de un cuento con moraleja sobre lo que ocurre cuando las empresas empiezan a vender un nombre en lugar de los productos y servicios que se supone que representa.
'Altitude' no incluye mucha trama en su breve duración; en cambio, Merkin y el guionista Jesse Mittelstadt se centran en acumular bromas sobre las incomodidades de viajar en avión, intercaladas con tiroteos y peleas mal dirigidas.
Aunque su trama es bastante escasa, sus piezas dispersas rara vez se alinean de una manera que sea suficientemente precisa para enganchar al espectador.