Suspense y ritmo trepidante. Cualquier parecido con "El vigilante nocturno", también de Ole Bornedal, no es mera coincidencia: ha "repetido" su película en USA.
Armada como un rompecabezas, es un extenso y profundo interrogatorio a un psicópata. Con un cambio entre thriller, gore y terror puro, es un filme que presenta imperfecciones, un guión poco sólido, momentos de inexperiencia y ambiciones elevadas.
Verídica, emocionante historia de un amor en difíciles tiempos de guerra. Película inquietante, poética y triste, atormentada y, al mismo tiempo, sosegada.
Aunque algo obvia, esta metáfora sobre la vampirización de los medios y los peligros del progreso tiene a su favor su fluida narrativa, el buen oficio de Grandinetti y su gesto poético.