Cómo para pasar un rato agradable, aprender algo y reirse de los tiempos pasados, que ésa es la idea. Dirección, Tanya Wexler, una cineasta que está haciendo carrera.
Evita las dos últimas temporadas, que resultan bochornosas. El relato de la protagonista culmina adecuadamente en un momento de leve elevación. Sin embargo, lo que precede a este desenlace es bastante convencional y las actuaciones caen en clichés.
Tiene una primera mitad muy interesante, daba para más. Igual es un gusto ver qué bien le sienta la madurez y cómo sigue tan lúcida y chispeante como de costumbre.
Hay lindas sorpresas, también un poquito de nostalgia, pero no hay tiempo para ponerse tristes, porque el ritmo de la gira y el montaje de la película son fuertemente vivaces, y dejan un buen recuerdo.
El resultado es admirable. Lo disfrutarán los fanáticos lo mismo que los detractores de Piazzola, los curiosos y los conocedores, e incluso aquel que ignora el tango pero ama las historias bien contadas y bien equilibradas.
Zimny hace un despliegue impresionante de material de archivo y recopila opiniones de músicos, productores e historiadores que conocen el famoso espíritu sureño.
La propuesta es moderna, lo mismo que la música. Las actrices son lindas, la fotografía es preciosa. El ritmo es deliberadamente pausado, aumentando la tensión gradualmente, aunque el desenlace carece de una gran fuerza.
La película es potente e intensa, realmente está muy bien elaborada y sus imágenes hablan por sí mismas, sin necesidad de diálogos o explicaciones que las acompañen. Sin embargo, es cierto que podría haber tenido un tono más romántico.
Es interesante esa mirada distinta, y la historia está bien contada. (...) Y el resultado es notable, nos transmite la ansiedad y la riqueza interior de aquel hombre, la enérgica textura de su obra.
La intención está lograda. También el despliegue, la ambientación, la figura de Hugh Jackman y la presencia de Zendaya, que está cada día más linda. No tanto el libreto, que chirria un poco.
A 'Michelangelo infinito' se le pueden reprochar defectos de estilo, una música enfática, textos recitativos, solemnes. Pero los reproches pierden peso frente a las imágenes bien registradas de las obras magnas del artista.
Esta nueva versión del icónico viaje del pintor a Tahití se basa en el libro, aunque no lo reproduce de manera literal. En cambio, se enfoca en evidenciar el esfuerzo físico, la angustia interna y el deseo de conexión con una sociedad más sencilla.