Es una pequeña, melancólica, preciosa historia de inmigrantes ambientada en una ciudad cercana a Venecia; realización de mano precisa, excelentes actuaciones, música suave.
Giorgelli creó una historia verosímil y sensible, sin caer en exageraciones, lo que nos permite creer en cada momento. Además, supo seleccionar a los intérpretes perfectos para llevarla a cabo.
Un pasatiempo indicado solo para quienes gusten de las comedias guasonas, gamberras o como quieran llamarse. Pero aun dentro de este sub-sub-subgénero cabe considerarla floja.
La obra es mucho más que esos guiños y andaduras, y el modo en que Honoré hace más compleja y «actualizada» su historia de amor francés lo coloca entre los nuevos artistas venerados de diversos círculos.
El clima de “Anomalisa” es melancólico y triste. Es admirable el trabajo realizado por los diseñadores de producción, el director de arte y el talentoso equipo de animadores, escultores, maquetistas y vestuaristas.
La película ha sido profundamente suavizada. A lo largo de los años, generaciones de niños la han disfrutado sin problemas, a pesar de las atrocidades que presenta. Sin embargo, en la actualidad, gran parte de ese contenido queda oculto o es moderado.
Pie Grande está de regreso, y su presencia es un verdadero regocijo. Aunque no se postulen para los Oscar, ofrecen un entretenimiento honesto y tienen algo que transmitir.
Se trata de una película que simplifica lo que probablemente fue más complejo en realidad. Incluye detalles que parecen pensados para un público externo. Furriel y Maribel Verdú brillan incluso más que los protagonistas originales, y la cabaña del guardafauna es realmente encantadora. En resumen, no hay críticas serias que hacer.
Esto es un drama contenido, de humor escaso, y que el desenlace toma un imprevisto giro de épica locura, jugándose todo a un gesto desesperado de último momento, y a una única frase, dicha con la debida emoción.
Aunque ni los actores ni los animales destacan especialmente, "Locos sueltos en el zoo" entretiene sin grandes pretensiones, dejando a niños y padres satisfechos tras el vibrante número final.
Aunque no genera la misma emoción ni calidez que sus predecesoras, la cuarta entrega de 'La era del hielo' resulta simpática y ofrece una experiencia entretenida.
Erlingsson, crítico de sus propios compatriotas, presenta una serie de relatos, la mayoría de ellos crueles y con un humor áspero. Este enfoque provocará risas en algunos espectadores, mientras que otros lo rechazarán con desdén.
Koole debuta con pie derecho en el cine de ficción, gracias a la colaboración de Jolein Laarman, quien aporta su experiencia como guionista y productora.