Ofrece un final a la medida del enorme trabajo de Daniel Craig para convertir a su James Bond en la mejor excepción de todos los héroes de carne y hueso.
Presidida por polémicas y altisonantes declaraciones, premiada y discutida, 'Nuevo orden' en definitiva busca eso, instalarse como tema, como material en el que el cine se corre para dejar lugar a las "cosas importantes".
El enfoque de Fellowes en esta nueva temporada, al igual que en la primera, se centra en ofrecer un análisis entretenido y ligero de la diversa sociedad de la Nueva York del siglo XIX.
Convertir una palabra en textura cinematográfica requiere gran habilidad, y Fastvold demuestra esta destreza durante todo el relato, devolviendo un valor poético a lo que se ha dejado de lado en las elipsis y ofreciendo al brillo de las miradas la seguridad de su significado en la memoria.
El atractivo principal radica en la variedad de perspectivas presentadas. La narrativa está bien estructurada y las actuaciones del elenco destacan en los personajes principales. Además, el entorno inquietante refleja a la perfección los secretos que se esconden.
La película presenta momentos de comedia física que en ocasiones se sienten un poco artificiales, no debido a las habilidades de los actores, sino por los excesos del tono que busca conseguir.
Hers se centra en los gestos sutiles, adoptando la esencia de la comedia humana francesa con calidez y firmeza, y da forma a sus personajes con una delicada conciencia de lo que se ha perdido, lo cual abre la puerta a la posibilidad de reconstrucción.
La película presenta una mezcla de altibajos, ya que en ocasiones se deja llevar por los efectos digitales en vez de realzar la potencia del fuera de campo y la intensidad de lo irracional que caracteriza a la expresión desmedida de los sentimientos.
'Memoria' ofrece una vivencia única que puede ser compartida, como el descubrimiento de un recuerdo que solo se valida cuando sabemos que otros también lo guardan.
Detrás del mensaje optimista sobre las segundas oportunidades, se aprecia un auténtico interés por la narrativa y las emociones sinceras que se presentan. Esto resulta sorprendente en una era marcada por el cinismo y la desilusión.
Cogitore se sumerge audazmente en un campo complicado para las historias de amor que evitan el sacrificio. Sus personajes conservan su esencia a pesar de las incertidumbres, sin caer en simplificaciones.
El film, detrás de los cuerpos trabajados de sus protagonistas, resulta ser un melodrama vacío, careciendo de habilidad en su dirección y lleno de diálogos increíblemente cursis.
Huppert demuestra su habilidad, pero en esta oportunidad no es suficiente. Su personaje resulta ser una creación frágil y la actriz se desdibuja en una película que no logra igualar su brillantez.
Liliana Paolinelli muestra en esta ocasión que su mezcla de humor y un tono agridulce, previamente explorada en 'Lengua materna', se manifiesta aquí de su mejor manera.
El relato se desdibuja al no aprovechar al máximo el talento de sus actores y al no capitalizar una narrativa que ignora los conflictos que presenta. Esto resulta en la pérdida de revelaciones esperadas y encuentros intrigantes.
'Beartown' se sitúa en un contexto social donde surge el conflicto, el cual no se limita a ser solo un tema público, sino que resuena profundamente en la vida de cada uno de sus habitantes.