La última película de Steven Soderbergh me decepcionó profundamente. Carece de profundidad y muestra una falta de atención al detalle, además de presentar interpretaciones poco convincentes. Sin duda, no es una de sus mejores obras.
Una película audazmente anticlerical que contrasta el espectáculo de la fe con una oscura realidad de corrupción e hipocresía. Una obra audaz que invita a la reflexión.
El resultado es sorprendentemente atractivo en términos visuales. Es un referente para los cineastas independientes, ya que fue filmado únicamente con teléfonos móviles.
Una historia romántica original al estilo de 'Before Sunrise', ambientada en Finlandia, que destaca por su maravilloso humor y la calidez humana que se desprende de la relación entre dos extraños en un tren.
Un alegato apasionado. Quizá no se acuda al cine iraní en busca de acción y suspense extremos. Pero eso es lo que ofrece esta película tan fascinante. Hay una gran técnica en la narración.
Un documental que resulta atractivo, aunque carece de un análisis profundo. Brinda una visión introductoria valiosa sobre la obra del célebre artista holandés.
Quizás para equilibrar la narrativa poco convencional, la película destaca por la impresionante actuación de Gyllenhaal, quien brilla en los primeros planos. En general, es un filme entretenido y bien realizado.
Las escenas de compra de sexo reflejan de manera cruda la violencia, el robo y la vulnerabilidad que envuelven a los personajes, mostrando esta realidad con total naturalidad. La interpretación de Maritaud destaca por su fuerza e intensidad.