Un drama deportivo que se destaca por su impresionante aspecto visual y una producción atractiva, sin embargo, se siente inerte y las interpretaciones resultan agotadoras.
Las obras de Dolan son cada vez más entretenidas, accesibles y divertidas en su forma de transmitir los sentimientos. La película destaca por su ternura y generosidad.
No se avergüenza de tocar las teclas típicas, pero el efecto general tiene un encanto y una honestidad ingenuas. LaBeouf ofrece una buena combinación de dureza y ternura.
La sensación de deja vu es intensa. La película requiere un mayor enfoque en el humor y en la comedia irónica, que es un aspecto que Erskine no logra proporcionar en su totalidad.
Hay sombras de Dickens y Orwell en este empático drama. La película de Loach desafía las normas de lo que se considera buen gusto: se aleja de la sutileza, la ironía y la oblicuidad.
Ricky Gervais tiene un papel menor, pero su presencia hace que la película sea sumamente divertida. En los momentos en que no está, la película se mantiene graciosa y añade un toque de ternura.