Es una película amable y encantadora, que culmina con un final tremendamente conmovedor. Su atractivo radica en la forma en que se desarrollan los personajes y las emociones que evoca.
Roza la fórmula y da la sensación de haber sido producida por la IA pero se salva en gran medida gracias a unos chistes decentes y a un reparto animado y simpático.
La vida contemplada a través de los ojos de una bestia de carga en este homenaje, bellamente fotografiado, a 'Au Hasard Balthazar'. No sé si es mi película favorita de Skolimowski, pero es cautivadora.
La vida secreta de los animales de granja es un misterio fascinante y conmovedor. La película logra transmitir su extraña sutileza de manera inesperada.
El resultado es algo cursi y sentimentaloide; no estamos ante perros de verdad, sino ante criaturas generadas por ordenador. Sin embargo, se presenta como un entretenimiento sólido y mordaz, elaborado a la antigua usanza.
Con la cuarta película, la franquicia de animación Ice Age parece casi extinguida. La trama carece de la frescura y el ingenio que la caracterizaron en sus inicios, y aunque algunos personajes siguen siendo entrañables, la historia no logra mantener el interés del espectador como lo hicieron las entregas anteriores.
Una apuesta muy sólida. Pero aunque corra el riesgo de parecer poco patriótico, es una película bastante normalita que carece del estilo y de la originalidad de obras como 'Toy Story'.