Consigue un truco que pocas películas siquiera se atreven a intentar - examinar con atención asuntos públicos, personales y morales, y además, ofrecer un deslumbrante entretenimiento
Un retrato excepcional de un político disparatado que es a partes iguales canalla y héroe popular, que ejerce el poder con un encanto peculiar, casi irascible.
Cargada de deslumbrante estilo visual a lo 'Star Wars' y algunos de los diálogos más torpes del año, es un paso salvaje a través de incesantes efectos especiales.
Atractiva, pero curiosamente fría, considerando el pulso emocional de los temas anglo-irlandeses. Afortunadamente, Liam Neeson domina casi cada uno de sus planos.
En general, la película destaca. Sin embargo, este resplandor es curiosamente frío, un claro ejemplo de cómo los efectos especiales han arruinado la esencia de la Navidad.
La nueva versión de 'The Little Rascals' probablemente no pasará a la historia como una oda a los niños o una delicia cinematográfica para nadie mayor de 7 años.
No llega a ser divertida del todo, pero es una novedad entretenida que coge fuerza por la inteligencia de las caracterizaciones y por la contundencia con la que muestra cómo las celebridades son explotadas.